El plagio consiste en copiar o parafrasear el trabajo de otros investigadores sin citarlos adecuadamente, mientras que el autoplagio, consiste en utilizar el propio trabajo de manera deshonesta o engañosa.
El plagio y el autoplagio son dos tipos de “fraude académico” que pueden tener graves consecuencias para los estudiantes, investigadores y profesionales, entendido en esta oportunidad el fraude académico, como todo acto deshonesto o poco ético en trabajos académicos y de investigación en general.
Por estas razones, es importante conocer los detalles y diferencias entre estos dos conceptos para poder evitarlos, así como sus implicaciones éticas, las cuales afectan la integridad de las investigaciones y la credibilidad de quienes incurren en estas malas prácticas, sin dejar de mencionar sus consecuencias legales.
En este artículo, se explicarán con mayor precisión las definiciones de plagio y autoplagio, sus tipos, consecuencias éticas y legales, las formas de evitarlos, herramientas para su detección, entre otros aspectos de gran relevancia.
El plagio. Definición
La American Psychological Association (2020/2021) define el plagio como “el acto de presentar las palabras, ideas o imágenes de otra persona como propias; le niega a los autores o creadores de contenido el crédito que les corresponde” (p. 260).
En consecuencia, el plagio tiene como finalidad dar la apariencia de originalidad sobre las ideas o cualquier creación que le pertenece a otra persona. Estas acciones están reconocidas por la literatura especializada como actos fraudulentos y una mala práctica en la investigación.
Muchos países consideran el plagio como una violación a los derechos de autor, previstos como delitos en sus normativas legales y, por consiguiente, además del rechazo de la comunidad científica pueden conllevar consecuencias penales.
En función a estas prácticas deshonestas, es importante destacar que el propósito de las investigaciones es la evolución de la humanidad, a través de aportes para la adquisición de nuevos conocimientos y contribuir al progreso de la sociedad; por lo tanto, el plagio es un obstáculo para llegar a esos objetivos, tal como nos advierte Soto (2012) cuando afirma que “el plagiario trastoca el proceso de construcción del conocimiento” (p. 12).
Grado de responsabilidad del plagiario
El plagio puede ser realizado de manera intencional o involuntaria. Esta diferenciación es relevante porque determina el grado de responsabilidad del plagiario.
Por este motivo, comentaré brevemente el alcance del plagio intencional, también llamado voluntario o deliberado, y el plagio involuntario, así como un caso especial de plagio al que se le denomina plagio con consentimiento.
El plagio intencional se produce cuando alguien, de manera consciente y deliberada, toma el trabajo de otra persona y lo presenta como propio. Por lo general, estas acciones generan una violación ética y académica grave, las cuales pueden tener consecuencias negativas, como sanciones académicas o legales.
El plagio involuntario ocurre cuando una persona utiliza el trabajo de otros sin intención de hacerlo. Esto puede deberse a la falta de comprensión de las reglas de citación. Aunque en este caso no hay una intención maliciosa, igualmente se considera una falta académica y ética. Por lo tanto, es necesario aprender buenas prácticas de citación y referencia.
El plagio con consentimiento ocurre cuando el autor original da permiso a otra persona para utilizar su trabajo sin atribución. Aunque en este caso se cuenta con el permiso del autor original, es importante que este consentimiento se obtenga de manera explícita y documentada para evitar consecuencias legales posteriores; pero, sin dejar de advertir que este permiso no desestima el hecho del engaño que se produce a la comunidad científica al atribuirse un trabajo que no le pertenece.
El plagio con consentimiento se puede dar en dos formas: el autoplagio y el plagio de obra ajena por contrato. En cuanto al autoplagio lo desarrollaré en los puntos posteriores.
Por su parte, el plagio por contrato se materializa cuando se acude a escritores anónimos o fantasmas, término que se deriva de la palabra anglosajona ghostwriting, con el fin de crear obras o investigaciones siguiendo determinadas directrices, estilos o pautas, según los intereses del contratante para atribuirse la autoría de estas y sin reconocer la participación de la persona contratada.
Las facilidades que ofrecen las herramientas digitales en la actualidad han permitido el auge de este tipo de plagio, creando un mercado de compraventa de investigaciones y publicaciones que preocupan a la comunidad científica.
Tipos específicos de plagio
El problema del plagio puede ser dividido en varias categorías. Al respecto, Soto (2012, p. 3-7) ofrece una clasificación que es muy usada en la literatura especializada. Este autor identifica tres categorías: a) según la forma, b) según el método, y c) de acuerdo con su propósito.
No obstante, aun cuando desarrollaré mi análisis según sus planteamientos, realizaré algunas críticas a esta clasificación.
Plagio según la forma.
El plagio según su forma tiene varias modalidades:
Autoplagio. Este tipo de plagio se presenta cuando un autor publica un trabajo que ha sido divulgado anteriormente por él mismo, haciendo creer que se trata de un trabajo original.
Algunos especialistas no comparten la idea de considerar el autoplagio como una forma de plagio, ya que los efectos son totalmente diferentes, puesto que el plagio conlleva el acto de robar la obra ajena, y no es razonable pensar la posibilidad de que un autor se robe a sí mismo.
Dentro de la figura del autoplagio, se puede incluir lo que Soto (2012) denomina el envío doble. Esto sucede cuando se envía el mismo trabajo a diferentes revistas con el propósito de aumentar las posibilidades de aceptación por alguna de ellas, pero si más de una de esas revistas acepta la obra se produce una duplicación de esta, conllevando las mismas consecuencias del autoplagio aun cuando no haya sido la intención del autor.
En este último caso, sí pueden generarse daños a terceros, en el entendido que las editoriales adquieren derechos patrimoniales sobre los artículos publicados en sus revistas, especialmente cuando se han firmado contratos de exclusividad.
Falsa autoría. Este tipo de plagio se presenta cuando se atribuye a una persona la autoría de una investigación o de un artículo, sin que esta persona haya hecho aportes o contribuciones para su realización. Se puede dar en los siguientes casos:
a. Plagio por contrato.
b. Colocar el nombre de personas como coautores sin que estos hayan participado en la realización de la investigación o del artículo.
Este comportamiento sucede cuando se desea beneficiar a amigos y profesores, o también por compromiso con otras personas que contribuyen financieramente en la ejecución de la investigación, pero sin haber contribuido efectivamente en su realización, lo cual es totalmente contrario a las buenas prácticas y atenta contra la ética académica.
El uso parcial o completo de la obra ajena. Implica usar o copiar sin autorización expresa la obra perteneciente a otra persona. Esta puede alcanzar la copia o uso de una investigación, una partitura, un código fuente, un diseño, etc. Tomar de manera parcial o total la obra de otro sin su consentimiento o atribución califica como un robo de obra ajena.
Plagio según el método.
Este tipo de plagio atiende al modo como se ejecuta el plagio, y se divide de la siguiente manera:
Copiar y pegar. Es la forma de plagio más común en el ámbito académico, a través del cual se copia y pega el contenido de una fuente en el trabajo propio, sin dar cumplimiento con el reconocimiento de los autores de la información mediante el uso adecuado de las reglas de citación.
Parafraseo inapropiado. También denominado parafraseo deficiente o parafraseo ineficaz, ocurre cuando se reescribe el contenido de una fuente original cambiando las palabras o el orden de la oración, pero el significado esencial se mantiene prácticamente igual al original y no se reconoce los derechos de sus verdaderos autores.
La forma correcta de parafrasear es mediante la comprensión profunda del contenido original y expresarlo con sus propias palabras, lo que demuestra una comprensión real y un esfuerzo por comunicar la idea en un nuevo contexto.
Referencias perdidas. Ocurre cuando no se proporciona la información completa o suficiente para que los lectores puedan localizar la fuente con facilidad. Una referencia perdida hace que sea difícil o imposible para los lectores, encontrar la fuente específica a la que se hace referencia en el texto y así poder determinar los límites de las ideas propias y las ajenas.
Referencia falsa. Es una práctica académica deshonesta y éticamente cuestionable que se refiere a la inclusión deliberada de citas o referencias que no existen. Las razones de esta práctica deshonesta pueden ser:
a. Intentar dar la impresión de que se ha realizado una amplia consulta de fuentes para aumentar la credibilidad de la investigación en el ámbito académico o profesional.
b. Agregar referencias falsas para cumplir con requisitos de cantidad de fuentes citadas en un trabajo, o que aun cuando las fuentes sí existen, éstas no fueron utilizadas en la investigación.
c. A través del uso de referencias falsas se puede intentar disfrazar el plagio, ya que estas referencias pueden dificultar la verificación de la originalidad del trabajo.
Fabricación de datos. Esta técnica de plagio implica la creación y presentación deliberada de datos falsos, inventados o manipulados en una investigación, estudio, artículo o trabajo académico. Esta práctica es una violación grave de la integridad académica, ya que debilita la confianza en la investigación y la credibilidad del autor.
Personalmente, considero que, tanto en la referencia falsa como en la fabricación de datos, se materializa un fraude en la investigación y no un plagio, porque en ambos casos no existe un trabajo intelectual que le pertenezca a terceros, lo cual es un componente fundamental en el plagio.
Plagio según el propósito.
Este tipo de plagio atiende a los motivos que conllevan a su ejecución. Plantea Soto (2012) que el plagio puede producirse de forma intencional o accidental, independientemente de los motivos que lo impulsan. Se divide de la siguiente manera:
Plagio intencional. Ocurre cuando el autor copia deliberadamente el trabajo, las ideas, las palabras o las obras de otro sin darles el crédito adecuado, con la intención de presentarlo como propio.
Es un acto consciente de que está copiando o utilizando el trabajo de otro sin atribución adecuada.
El plagio intencional es una violación ética grave que puede tener consecuencias académicas severas, como la pérdida de crédito, sanciones académicas, daño a la reputación y hasta implicaciones penales por violación de los derechos de autor en las legislaciones de cada país.
Plagio accidental o sin intención. Ocurre cuando el autor no tiene una conducta maliciosa o dolosa. Puede deberse a la falta de comprensión de las reglas de citación y referencia, entre otras razones.
En el plagio accidental, el autor no tiene la intención de cometer plagio o no es consciente de que lo está haciendo; no obstante, aun cuando no está revestido de una falta grave, sí es una falta académica que puede generar consecuencias como el rechazo de la investigación por no cumplir con los estándares de integridad académica.
Causas atribuidas al plagio estudiantil
Izquierdo et al (2021), realizaron un estudio para determinar las actitudes de los estudiantes de una universidad pública de México hacia el plagio, donde detectaron los principales factores que lo predicen.
Estos investigadores afirman, con el apoyo de varias fuentes, que “diversas investigaciones en distintos países señalan que los alumnos admiten que con frecuencia copian texto sin citas, siendo el internet la principal fuente de consulta” (p. 2).
En esta investigación los autores agrupan las causas que generan el plagio estudiantil de la siguiente manera:
Causas personales.
Las causas personal son atribuidas esencialmente a las actitudes, personalidad o carencias del estudiante. Estas causas son:
- Falta de motivación.
- Procrastinación.
- Pereza.
- Percepción de pérdida de tiempo.
- Ineficiente administración del tiempo.
- No sabe citar.
- Barrera del idioma.
- Falta de confianza en sus capacidades de redacción.
- No entiende lo que es el plagio.
- Convencimiento de que no será descubierto.
- Falta de ética.
Deficiencias en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Estas causas se encuentran asociadas a las carencias que los profesores y programas educativos tienen sobre el tema. Sobre este aspecto identifican las siguientes causas:
- Sobrecarga de labores académicas.
- Indiferencia de los profesores.
- Ausencia de asesoría o retroalimentación.
- Ausencia del tema en los programas académicos.
- Ausencia de las competencias de redacción requeridas en el profesorado.
Deficiencias regulatorias por parte de las organizaciones educativas.
Estas causas son concernientes a la ausencia de estrategias para la prevención y sanción de las prácticas del plagio.
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Políticas y sanciones poco claras o inexistentes sobre el plagio académico.
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Poca o nula infraestructura informática para su detección (softwares detectores de plagio).
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Ausencia de una definición operacional de plagio en los códigos de ética.
Causas contextuales.
Estas se relacionan con las condiciones que han facilitado o promovido que el estudiante realice plagio.
- Estrategias didácticas poco eficientes.
- Facilidades que brinda el internet para copiar y pegar.
- Desarrollo en las tecnologías de la información y la comunicación.
- Presión social del grupo.
- Falta de una cultura que valore el esfuerzo del trabajo académico.
Consecuencias del plagio en la investigación
El plagio en la investigación científica y académica es considerado una grave violación ética y tiene varias consecuencias negativas. Algunas de las principales consecuencias son las siguientes:
Daño a la integridad académica en general.
La integridad académica se refiere al conjunto de valores, principios y normas éticas que rigen la conducta académica y la producción de conocimiento en el ámbito educativo. Algunos aspectos clave de la integridad académica incluyen:
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Los académicos y estudiantes deben ser honestos en todas sus interacciones y presentar información precisa y veraz en su trabajo. Esto implica no falsificar información y no plagiar el trabajo de otros.
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La integridad académica requiere la producción de trabajos originales y la atribución adecuada de las ideas y los trabajos de otros. Se espera que los académicos y estudiantes contribuyan con nuevos conocimientos y perspectivas, y que den crédito a las fuentes utilizadas correctamente.
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Los académicos y estudiantes son responsables de sus acciones y enfrentar las consecuencias de cualquier mala conducta académica.
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La integridad académica implica respetar los derechos de autor. Esto implica obtener el permiso adecuado y citar correctamente las fuentes utilizadas en el trabajo académico.
Por esta razón, el plagio causa un daño significativo a la integridad académica en general, puesto que perjudica los principios éticos fundamentales que sustentan la educación, la investigación y la academia.
Sobre este aspecto Rojas Soriano (1997), señala que “El fenómeno [del plagio] no se presenta en forma aislada, sino que se encuentra prácticamente en todos los ámbitos de la actividad académico-científica y cultural de las instituciones educativas” (p. 35). Agrega este autor, que “en la medida en que los autores cuyas ideas han sido robadas no denuncien tal anomalía y exijan la reparación del daño a sus derechos de autor, seguirá proliferando este fenómeno” (p. 35)
Impacto en la credibilidad y reputación del investigador.
El plagio daña la reputación del investigador o académico que lo comete. La comunidad científica valora la integridad y la honestidad en la investigación, por este motivo el plagio es visto como un comportamiento deshonesto que afecta la confianza en el trabajo de un individuo.
El plagio origina la pérdida de credibilidad en el campo de estudio del investigador. Si se descubre que un trabajo posee contenido plagiado, es probable que los colegas y la comunidad académica cuestionen la originalidad y la integridad de las otras investigaciones y publicaciones del autor.
En este sentido, Soto (2012) advierte “que un escrito en el que se detecta plagio es un trabajo definido por la fraudulencia. El valor intelectual de éste queda cuestionada, pues la falta de reconocimiento y de consideraciones hacia los autores originales resta seriedad a sus posibles aportaciones” (p. 13).
Adicionalmente, el plagio conlleva a otras consecuencias que impactan en el investigador, como:
- Pérdida de colaboraciones y oportunidades profesionales.
- Pérdida de financiamiento y recursos.
- Acciones disciplinarias y legales.
- Rechazo de publicaciones.
- Dificultades para conseguir nuevos empleos.
La gravedad del plagio puede extenderse más allá de la reputación del investigador y afectar a las instituciones académicas a la cual pertenece, ya que las instituciones académicas suelen ser valoradas por la calidad y la integridad de la investigación que producen.
Cuando se descubre un caso de plagio, la reputación y la credibilidad de la institución se ven afectadas negativamente, lo que puede tener consecuencias a largo plazo en términos de financiamiento, colaboraciones y reconocimiento académico.
Sobre este aspecto, Abad-García (2019), manifiesta que “la credibilidad de la ciencia, de las instituciones y de las personas implicadas en su desarrollo se sustenta en la integridad […] El plagio quiebra esa credibilidad y degrada el sistema de crédito y recompensa de los científicos basado en sus publicaciones” (p. 57.e6).
Pérdida de confianza en los resultados de una investigación.
El plagio tiene un impacto en la pérdida de confianza en los resultados de una investigación. Cuando se descubre que un investigador ha plagiado parte de su trabajo, se cuestiona la validez de los resultados de esa investigación.
El plagio crea dudas sobre la integridad del investigador y su compromiso con la ética en la investigación. Como resultado, los lectores y colegas pueden perder la confianza en el investigador y en sus hallazgos.
Es innegable que el plagio en una investigación genera escepticismo sobre la veracidad y la replicabilidad de los resultados. Otros investigadores pueden dudar de la precisión y la confiabilidad de los hallazgos, lo que dificulta la construcción de un cuerpo sólido de conocimiento.
Cuando se revela un caso de plagio, los resultados de ese estudio en particular pueden ser considerados inválidos y se le puede retirar el respaldo académico, generando además un impacto negativo en la trayectoria profesional del investigador, a quien se le puede requerir la retracción de artículos o la revisión de trabajos previamente publicados.
Sanciones académicas y legales.
El plagio en el ámbito académico y científico puede llevar a diversas sanciones, tanto a nivel académico como legal.
Las instituciones académicas y las revistas científicas suelen tener políticas claras sobre el plagio que las facultan a tomar medidas disciplinarias Estas sanciones varían según la gravedad del plagio, las políticas de la institución educativa o la legislación vigente en cada país.
Las sanciones académicas más comunes aplicables en el caso del plagio son las siguientes:
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Las advertencias ante la presencia de faltas leves, las cuales se suelen registrar en el expediente académico del estudiante y sirven como una señal de alarma para evitar futuros actos de mala conducta académica.
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La suspensión o interrupción temporal de la matrícula del estudiante, durante la cual no se le permite participar en actividades académicas.
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En casos extremos de plagio, la institución puede optar por la expulsión del estudiante. Esta implica la terminación permanente de la relación académica entre el estudiante y la institución. La medida se reserva para casos graves de plagio o para estudiantes que han cometido repetidas violaciones de la integridad académica.
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El plagio puede dar lugar a que el estudiante o investigador reciba una calificación reprobatoria o una reducción significativa de la calificación.
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Si se descubre que un título académico se obtuvo mediante plagio o fraude académico, la institución puede revocar el título, lo que afectaría significativamente la carrera del individuo.
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En el caso de investigadores, el plagio puede llevar al rechazo de publicaciones y la exclusión de revistas y conferencias científicas.
Por su parte, las sanciones penales dependerán de la gravedad del delito. La más frecuentes son:
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El plagio da lugar a daños morales y patrimoniales; en consecuencia, las personas perjudicadas por el plagio pueden emprender acciones civiles para buscar indemnización por daños y perjuicios.
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En algunas circunstancias las investigaciones son financiadas por organismos interesados en los resultados de estas. En casos de plagio grave en proyectos financiados con fondos gubernamentales o de investigación, el autor corre el riesgo de enfrentar responsabilidad legal por fraude, lo que podría incluir multas o sanciones penales.
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Si el plagio involucra la reproducción no autorizada de material con derechos de autor, el titular de los derechos puede emprender acciones legales, como demandas por violación de derechos de autor.
En casos graves de plagio, especialmente aquellos que involucran fraude o robo intelectual, es altamente probable que se produzcan consecuencias penales. El infractor puede enfrentar cargos criminales, multas y posiblemente penas de prisión, dependiendo de las leyes aplicables y la gravedad de la infracción.
Daño a la comunidad científica y el avance del conocimiento.
El plagio no solo afecta al individuo que comete el acto y a las instituciones involucradas, sino que también perjudica a la comunidad científica en su conjunto. La investigación científica se basa en la construcción de conocimiento colectivo y en la confianza en los resultados y las ideas de otros investigadores.
El plagio afecta la integridad y la colaboración en la comunidad científica y tiene un impacto negativo en el avance del conocimiento, ya que este forma parte de un proceso continuo y dinámico donde las ideas, teorías, descubrimientos y conceptos avanzan, se desarrollan y se transforman con el tiempo.
Este proceso implica la expansión, el enriquecimiento y la generación de nuevo conocimiento donde la investigación y creación de nuevas ideas tienen una participación protagónica con el propósito de adaptarse a las necesidades y perspectivas de la sociedad, las cuales se encuentran en constante cambio.
El plagio afecta la originalidad de las investigaciones. Esto limita la creación de nuevo conocimiento y la generación de ideas originales, que son fundamentales para el avance en la investigación y la innovación. Cuando el plagio ocurre, se restringe la contribución original y se dificulta la expansión del conocimiento en una determinada área.
Adicionalmente, cuando los investigadores ven que su trabajo original es plagiado sin consecuencias, se crea un ambiente en el que no se valora ni se recompensa la generación de nuevo conocimiento. Esto puede conducir a una disminución de la motivación para realizar investigaciones innovadoras y limitar el avance científico y académico.
Luna Rodríguez y Rojas Luján (2023), señalan que “la gravedad del plagio […] implica el desincentivo de la labor de investigación científica ya que se deja de reconocer el esfuerzo y la inversión en tiempo y recursos desplegada por el investigador; perjudicando, con ello, el avance de la ciencia y el conocimiento” (p. 5).
Cuando se permite que el plagio pase desapercibido, se devalúa el valor del conocimiento genuino y auténtico, generándose una pérdida de confianza en la validez de la información y las fuentes académicas.
Por estas razones, es importante promover la integridad académica y prevenir el plagio es esencial para garantizar la evolución positiva del conocimiento y la continua innovación en la ciencia y la educación.
Cómo evitar el plagio
Evitar el plagio es esencial para preservar la integridad académica, promover la originalidad y la creatividad, proteger la propiedad intelectual y mantener la confianza en la investigación y la academia.
Por esta razón, la promoción de prácticas éticas y la concienciación sobre los riesgos y las consecuencias del plagio son fundamentales en la educación y la investigación. A continuación, se plantean algunas acciones concretas para evitar el plagio:
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Desarrollar buenas prácticas de redacción y organización de ideas.
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Conocer las normas y políticas sobre el plagio y el autoplagio de tu institución o revista.
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Investigar a fondo sobre el tema y consultar diversas fuentes confiables y actualizadas.
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Tomar notas claras y organizadas de las fuentes consultadas, indicando la referencia completa y el tipo de información (cita textual, parafraseo, idea general, etc.).
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Usar un estilo de citación adecuado para tu campo de estudio; por ejemplo, APA, MLA, Chicago, etc.
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Importancia de una gestión adecuada de citas y referencias en trabajos anteriores.
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Citar siempre la fuente original cuando uses las palabras o las ideas de otros autores, ya sea entre comillas (citas textuales) o con tus propias palabras (citas parafraseadas).
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Citar también tu propio trabajo anterior cuando lo reutilices o lo amplíes en una nueva publicación, indicando la referencia completa y el alcance de la reproducción.
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Parafrasear correctamente las ideas de otros autores, cambiando no solo las palabras la estructura y el orden de las oraciones, sino expresando tu propia interpretación o análisis.
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Implementar el uso de herramientas de detección de plagio.
Algunos casos conocidos de plagio
Existe documentación muy amplia sobre casos de plagio en la actividad científica, literaria y académica. En las próximas líneas solo se comentan algunos casos, con la finalidad de evidenciar este hecho.
Caso de plagio de Doris Kearns Goodwin.
La autora e historiadora Doris Kearns Goodwin fue acusada de plagio en su libro “The Fitzgeralds and the Kennedys”. Se descubrió que había tomado pasajes enteros de otros autores sin citarlos adecuadamente. Goodwin se disculpó públicamente y realizó revisiones en las ediciones posteriores del libro. Aunque el incidente afectó su reputación, continúa siendo una autora y comentarista respetada.
Caso de plagio de Martin Luther King Jr.
Martin Luther King Jr. fue acusado de cometer plagio en su tesis doctoral y en otros escritos académicos. En particular, se ha señalado que su tesis doctoral, titulada “Una comparación de los conceptos de Dios en las filosofías de Paul Tillich y Henry Nelson Wieman,” contenía secciones que parecían estar fuertemente influenciadas por el trabajo de otros autores. Este caso generó controversia y planteó preguntas sobre la integridad de King como líder y defensor de los derechos civiles.
Caso de Stephen Ambrose.
En 2002, se descubrió que Ambrose había plagiado partes de sus libros sobre la Segunda Guerra Mundial. Ambrose había copiado y pegado párrafos enteros de otros autores sin citarlos correctamente.
Caso de Karl-Theodor zu Gutternberh.
Karl-Theodor zu Gutternberh es un exministro de defensa alemán del gobierno de Angela Merkel. Guttenberh fue acusado de plagiar una parte de su tesis doctoral, situación que generó un escándalo y debió separase de su cargo en el año 2011. La presión moral de la sociedad alemana lo obligó a salir de su país y radicarse en EE. UU.
Caso de Luz Mary Giraldo.
En 2010, la Corte Suprema de Colombia ratificó la condena a la profesora de literatura Luz Mary Giraldo de la Universidad Javeriana, por plagiar la tesis de una estudiante en un artículo publicado en una revista mexicana. Esta sentencia tuvo gran relevancia en Colombia porque se constituyó en la primera condena por este tipo de delito en Colombia, aunque tuvo algunas críticas por la forma como se desarrolló el juicio, ya que algunos juristas consideran que no se garantizó suficientemente el derecho a la defensa de la profesora.
Caso de Altamirano Achahui y Baca Podesta.
Este caso corresponde a dos estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad César Vallejo (UCV) de Perú, quienes incurrieron en un “plagio premeditado” en el trabajo de grado para obtener el título de ingenieros ambientales.
En este sentido, el Comité de Ética de esa universidad decidió que hubo plagio de un artículo científico publicado por Gavi Jones, quien es un científico de la Estación de Investigación de las Montañas Rocosas del Servicio Forestal de Estados Unidos.
Estos son solo algunos casos famosos sobre plagios. No obstante, es abundante la lista de materias donde se ha comprobado o existen sospechas fundadas de hechos que califican como plagio.
El autoplagio. Definición
El autoplagio es definido por la American Psychological Association (2020/2021) como “la presentación de un trabajo propio previamente publicado como si fuera original” (p. 262).
Por su parte, Luna Rodríguez y Rojas Luján (2023), describen el autoplagio como “la práctica consistente en plagiarse o copiarse a sí mismo. Algo que ocurriría cuando un autor publica una obra […] cuyo texto o contenido coincide con el de otro trabajo del mismo autor ya publicado; todo ello sin citar ni hacer referencia alguna a la obra anterior” (p. 7).
De acuerdo con las definiciones anteriores, se observa que el autoplagio es una práctica que plantea preocupaciones éticas y puede ser considerado una violación de la integridad académica y editorial, aunque con menor gravedad a las que derivan del plagio.
Los autores tienen la responsabilidad ética de atribuir adecuadamente su trabajo previo, cuando lo reutilizan en nuevas publicaciones y de cumplir con las políticas editoriales y las normas éticas de su campo.
¿El autoplagio tiene el propósito de engañar a la comunidad científica?
Al reutilizar o autoplagiar contenido previamente publicado en nuevos trabajos sin la debida atribución, un autor puede dar la impresión de que ha realizado más investigaciones o ha generado más contenido original del que realmente ha hecho. Esto puede ser perjudicial para la integridad académica y la confianza en la investigación.
Al presentar nuevamente el mismo trabajo o partes sustanciales de él como si fueran completamente nuevos, sin una adecuada atribución o reconocimiento de que ya se ha publicado anteriormente, también puede crear la ilusión de que existe un cuerpo más extenso de investigación o conocimiento.
Los investigadores y académicos deben seguir prácticas éticas, así como proporcionar atribución adecuada cuando reutilizan su propio trabajo. De esta manera, se evita cualquier percepción engañosa de la cantidad de contribuciones originales que han realizado.
Sobre las implicaciones del autoplagio, me voy a referir a algunos aportes realizados por la American Psychological Association (2020/2021), la cual señala lo siguiente:
- El autoplagio hace creer a la comunidad científica y a los lectores en general, que hay más información disponible sobre un tema que la realmente existente.
Algunas personas pueden autoplagiarse con el fin de aumentar artificialmente su lista de publicaciones o su prestigio académico, presentando trabajos anteriores como si fueran trabajos nuevos y originales. Esto puede ser perjudicial para la comunidad científica, ya que distorsiona la percepción de la cantidad y calidad de la investigación realizada por un autor.
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El autoplagio también exagera la importancia o el impacto de un trabajo previo. Al presentar varias versiones del mismo trabajo en diferentes publicaciones, se puede crear la impresión de que el trabajo ha sido validado o reconocido en múltiples ocasiones, lo que puede aumentar su visibilidad y credibilidad. En otras palabras, se busca dar la impresión de que los hallazgos son más reproducibles de lo que son en realidad.
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Adicionalmente, se proyecta la idea de que determinadas conclusiones están mejores respaldadas que lo realmente demostrado por las evidencias.
Es fundamental para los investigadores y académicos evitar el autoplagio y seguir prácticas éticas y transparentes al presentar su trabajo a la comunidad científica. Esto implica no solo citar y atribuir adecuadamente los trabajos anteriores, sino presentar investigaciones nuevas y originales que aporten un valor real a la comunidad científica.
¿Autoplagio o text recycling?
Resulta interesante la posición de algunos especialistas académicos en oponerse al uso del término autoplagio, bajo la premisa de que no es razonable afirmar que una persona se puede plagiar así mismo. En su lugar, se propone el uso del término “texto reciclado”, proveniente del término anglosajón “text recycling”.
El uso del término “texto reciclado” en lugar de autoplagio, es una recomendación que viene impulsando la COPE (Committee on Publication Ethics) en conjunto con otros especialistas.
Sobre este particular, Codina y Cortiñas (2022), sostienen que la recomendación de adoptar este término se debe a que “el plagio carece de grados o de situaciones de aceptación, aunque sin duda hay variaciones de gravedad. En cambio, el mal llamado autoplagio, que en realidad debería llamarse texto reciclado, puede tener situaciones de aceptación tanto éticas como legales” (p. 1).
Sostienen estos autores que el COPE y otros especialistas que forman parte de la comunidad científica y académica, están interesados en separar ambos términos porque el autoplagio se percibe como una variante del plagio, lo cual no es correcto; pues, las consecuencias legales y éticas del plagio carece de excepciones para su aplicación.
En consecuencia, es inaceptable considerar el autoplagio como una variante del plagio; en cambio, el término text recycling, queda fuera de la esfera del plagio y, por tanto, puede ser más aceptable, tanto desde un punto de vista ético como legal.
¿El autoplagio tiene las mismas implicaciones del plagio?
Hemos podido comprobar que el plagio se refiere al uso indebido de trabajo ajeno sin atribuirlo adecuadamente, mientras que el autoplagio implica el uso indebido de trabajo previamente publicado por el mismo autor.
Ambos actos son considerados como violaciones de la integridad académica y ética, aunque el autoplagio suele ser considerado menos grave y puede tener diferentes implicaciones y consecuencias en comparación con el plagio.
El autoplagio genera consecuencias más apegadas a la integridad académica que a efectos legales por hechos fraudulentos. Pues, tal como lo señalan Luna Rodríguez y Rojas Luján (2023), citando a Astudillo (2006, p. 262), “desde el punto de vista del Derecho de Autor es discutible si se puede dar o no la figura del “autoplagio”, consistente en presentar una obra propia materializada y divulgada con anterioridad como reciente, por cuanto no existe la condición de «ajena» de la obra plagiada” (p. 7).
Bajo estas premisas resultan inaplicables a la figura del autoplagio las normas que regulan el plagio, por carecer de la condición indispensable de que se trate de una obra ajena.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que aun cuando el autoplagio no es una infracción de las leyes de derechos de autor, ya que el autor es el propietario de los derechos de autor de sus propios trabajos, sí es pertinente recordar que pueden existir posibles implicaciones legales relacionadas con el incumplimiento de contratos y acuerdos con revistas científicas o editoriales, así como con el incumplimiento de políticas institucionales.
En función a las ideas expuestas, es importante tener en cuenta que la gravedad de las consecuencias del autoplagio puede variar según la institución y el campo de estudio.
En definitiva, las consecuencias procedentes del autoplagio están más vinculadas a las políticas de las instituciones académicas y las editoriales donde se desenvuelve el autor responsable de esta práctica. Algunos de los riesgos inherentes al autoplagio son los siguientes:
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Es posible que la publicación donde se detecte el autoplagio sea retirada o rechazada una vez que sea descubierta este problema, lo cual puede tener un impacto negativo en la reputación del autor y su historial de publicaciones.
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En el ámbito académico, el autoplagio puede resultar en sanciones institucionales. Esto puede incluir la pérdida de calificaciones, la revocación de grados, la expulsión de una institución académica o la descalificación de una investigación.
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La credibilidad de un autor se puede ver comprometida en la comunidad académica e investigadora, ya que otros académicos pueden ver al autor como poco ético y confiable en términos de atribución y originalidad.
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Las editoriales pueden mostrar resistencia a la publicación de nuevos trabajos del autor si se descubre que ha cometido autoplagio en el pasado. Esto puede dificultar la difusión de sus investigaciones, su avance en la academia y limitar oportunidades de financiamiento.
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En casos graves de autoplagio que involucran acuerdos contractuales incumplidos, un autor podría enfrentar acciones legales por parte de editoriales o instituciones académicas.
No confundir el autoplagio con la reutilización ética
Después de discutir diferentes aspectos sobre el autoplagio, es necesario aclarar que en ninguna circunstancia existe una prohibición para que un autor pueda reutilizar trabajos previos en sus investigaciones posteriores. La única condición es el uso de buenas prácticas para asegurar la integridad académica.
Mientras que el autoplagio implica la falta de atribución y la ocultación de la reutilización de contenido, la reutilización ética implica revelar claramente la fuente original y proporcionar la debida atribución.
Por lo general, las políticas editoriales permiten la reutilización ética con la condición de que se cumplan con las normas de atribución y transparencia. Los autores deben seguir estas políticas y prácticas éticas para evitar problemas relacionados con el autoplagio y mantener la integridad en la investigación y la publicación.
Prevención y buenas prácticas para evitar el autoplagio
Las recomendaciones para evitar el autoplagio las podemos resumir en las siguientes buenas prácticas:
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Tener siempre presente la importancia de la transparencia y la autorreferencia adecuada.
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El uso de citaciones y atribución clara, explícita y apropiada al reutilizar contenido,
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En lugar de copiar y pegar directamente el texto de trabajos anteriores, es importante parafrasear y reescribir el contenido utilizando palabras y estructuras diferentes.
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Transparencia en la declaración de trabajos previos.
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Es esencial revisar las políticas editoriales y de ética de la revista o institución en la que se planea publicar o desarrollar el trabajo. Cada publicación o evento puede tener sus propias pautas y requerimientos específicos.
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Emplea herramientas de detección de similitudes o antiplagio.
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Lleva un registro de tus trabajos publicados para evitar la reutilización inadvertida de tu propio contenido.
Un ejemplo de autoplagio en la investigación
Existen numerosos casos de autoplagio que demuestran la frecuencia de esta práctica. Por ejemplo, se tiene el caso de autoplagio de Jonah Lehrer.
Jonah Lehrer es un reconocido escritor y periodista científico que escribe sobre temas relacionados con la psicología, la neurociencia y la relación entre la ciencia y las humanidades. En el año 2012 fue acusado de autoplagio en varias de sus obras. Se descubrió que había reciclado contenido de sus propios artículos y libros anteriores sin la debida referencia cruzada. Este caso provocó la retracción de algunos de sus artículos y la cancelación de sus contratos editoriales.
Casos especiales en el contexto de los plagios y autoplagios
En el contexto del plagio y el autoplagio, existen varias situaciones especiales que merecen unos comentarios para discutir sus implicaciones en la integridad y ética académica.
Las investigaciones por contrato.
La American Psychological Association (2020/2021) califica este tipo de práctica como un “engaño por contrato, en el que los estudiantes contratan a otra persona para que escriba un trabajo por ellos” (p. 262), lo cual es considerado como no ético.
Agrega esta prestigiosa asociación, que aun cuando el resultado final de este contrato sea una investigación original se “viola las políticas de integridad académica, los códigos de honor y los códigos de ética” (p. 262), ya que se están atribuyendo la autoría de un trabajo que fue realizado por otros.
En este mismo sentido, Martín (2020), califica esta práctica como plagio por pago y argumenta que ocurre “cuando se contrata a otra persona o a una empresa para que realice el trabajo o se compra un trabajo realizado por otro” (p. 172).
Por su parte, Miranda Montecinos (2013), señala que “pagar por la confección de las tesis o memorias de grado […] es una forma de plagio, pues, como ya se ha indicado, para que se cometa plagio no es necesario que la conducta sea contraria al consentimiento del autor plagiado” (p. 720).
Adicionalmente, expone este último autor que,
La elaboración de una memoria o tesis es un requisito con el que debe cumplir el alumno para acreditar que posee determinadas competencias que lo capacitan para obtener el título de que se trate. Así pues, pagar a un tercero por la confección de una tesis es tanto como pagarle a alguien para que nos suplante al rendir un examen (p. 720).
Es importante señalar que esta práctica no solo ocurre a nivel de estudiantes universitarios; pues, es una práctica que lamentablemente se extiende a investigadores asociados a organizaciones científicas, docentes, autoridades de universidades, entre otros.
Recientemente, en Perú se ha descubierto un sistema de investigaciones por contrato de gran importancia, el cual se encuentra bajo la lupa del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) sobre varias investigaciones fraudulentas que lograron ingresar al Registro Nacional Científico, Tecnológico y de Innovación Tecnológica (Renacyt) de este país latinoamericano.
Sobre este caso de investigaciones fraudulentas en Perú, Ayala (2023), manifiesta que “El titular del Concytec admitió que hay una falla en los filtros del Renacyt e informó que están tomando decisiones para acelerar los procesos sancionadores, dado que no cuentan con una normatividad suficiente y solo pueden realizar sanciones administrativas como la expulsión” (párr. 5).
Relacionado con este mismo hecho, Cornel (2023) expuso el caso de un profesor universitario que con tan solo 32 años ya posee 73 publicaciones de artículos científicos, quien formaba parte de un grupo de investigadores que compran artículos científicos “A través de grupos de WhatsApp y Telegram, [donde] se ofrecían investigaciones y se las vendían al mejor postor, es decir, a quienes pagaban más. En esos grupos, la persona que compraba elegía en qué posición de coautor sería colocado” (párr. 4).
Adicionalmente, en ese sonado caso en los medios de comunicación social peruana, existe el agravante de que la persona involucrada en la compra de artículos científicos es profesor de metodología de la investigación, lo cual le imprime mayor significado moral.
Esto demuestra la magnitud del problema ético relacionado con los engaños o prácticas fraudulentas que afectan a la comunidad científica.
Las ideas del dominio público que no pertenecen a nadie.
En primer lugar, es pertinente señalar que las ideas del dominio público son aquellas que no están protegidas por derechos de autor. Esto significa que cualquiera puede usarlas libremente, sin necesidad de pedir permiso al autor original.
Sin embargo, se debe aclarar que aun cuando un investigador puede mencionar ideas del dominio público sin incurrir en plagio, es importante que lo haga de tal manera que quede lo suficientemente claro y preciso de que no es el autor o creador de esa idea; es decir, siempre y cuando no se atribuya la autoría de esas ideas o las presente como originales.
Antes de seguir adelante, conviene señalar que el investigador debe tener total certeza de que una idea es del dominio público, ya que de lo contrario incurrirá en plagio. Para ello, es recomendable revisar los siguientes puntos:
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Verificar si la idea pertenece a una persona o entidad pública o privada, o si no tiene un autor identificable o reconocible.
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Asegurarse si la idea tiene una finalidad privada o comercial, si es así, entonces seguramente no es del dominio público
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Constatar si la idea está protegida por algún tipo de derecho de propiedad, como el derecho de autor, el derecho de patentes, el derecho de marcas, etc., o si no está sujeta a ninguna restricción legal.
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Verificar si la idea ha cumplido el plazo de duración de la protección legal. Los derechos de autor tienen una duración limitada. En la mayoría de los países, los derechos de autor duran 70 años después de la muerte del autor. Una vez que los derechos de autor expiran, la obra entra en el dominio público. En este caso, resulta apropiado conocer la legislación del país donde te encuentras.
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Si la idea ha sido divulgada libre y ampliamente sin reserva de derechos.
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Las ideas que son simples, comunes u obvias suelen ser del dominio público. Por ejemplo, la idea de que la Tierra es redonda es del dominio público.
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Si la idea se originó en una obra protegida por derechos de autor, es muy probable que no sea del dominio público.
Cuando el investigador llega a una conclusión a la que han llegado otros investigadores.
Cuando un investigador llega a una conclusión a la que han llegado otros investigadores, no se considera plagio.
El plagio se produce cuando se presenta como propio el trabajo de otra persona. En este caso, no hay una apropiación de un trabajo ajeno, sino que el investigador está llegando a una conclusión que ya ha sido alcanzada por otros.
Sin embargo, es importante que el investigador haga lo siguiente:
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Citar adecuadamente las fuentes de su investigación.
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Mencionar o reconocer el trabajo de otros investigadores que han contribuido a las conclusiones a las que ha llegado.
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No intente ocultar el hecho de que sus conclusiones son similares a las de otros investigadores.
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Explicar los procedimientos que permitieron llegar a su conclusión. Esto ayudará a comprender el trabajo del investigador y a evaluar la validez de los resultados.
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Mostrar los datos, los métodos, los análisis y los argumentos que sustentan sus conclusiones.
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Destacar las diferencias o las aportaciones respecto a las fuentes consultadas.
Las publicaciones duplicadas.
Hernández Islas (2016), señala que la publicación duplicada ocurre “cuando el autor de un texto ya publicado vuelve a publicarlo sin que haya consentimiento informado de todas las partes implicadas, es decir, sin la autorización de los responsables de la publicación original y de los de la nueva” (p. 122).
De esta definición se desprende que las publicaciones duplicadas son aquellas que reproducen total o parcialmente el contenido de un artículo científico que ya ha sido publicado previamente, sin citar ni referenciar adecuadamente la fuente original.
Basándonos en estas definiciones, es fácil determinar que las publicaciones duplicadas al pertenecer a un mismo autor no acarrean las secuelas del plagio, puesto que no hay robo de una idea ajena; sin embargo, sí puede ocasionar problemas éticos para el investigador, además de demandas por daños y perjuicios, incumplimientos de contratos, entre otras consecuencias legales por parte de las editoriales e instituciones académicas.
Por otra parte, independientemente de las consecuencias legales para el investigador, las publicaciones duplicadas ocasionan una distorsión y una afectación general para el sector académico y la evolución del conocimiento, tal como lo expone la American Psychological Association (2020/2021):
La publicación duplicada distorsiona la base de conocimientos al hacer parecer que se dispone de más información de la que realmente existe. También desperdicia recursos escasos […] La prohibición de la publicación duplicada es esencialmente crítica para el conocimiento acumulado del campo. La publicación duplicada puede dar la impresión errónea de que los hallazgos son más reproducibles de lo que son en realidad, o que determinadas conclusiones están más firmemente respaldadas de lo que justifica la evidencia acumulada (p. 17-18).
Conviene distinguir en este momento las “publicaciones duplicadas” de las “publicaciones fragmentadas”. Estas últimas se refiere a las publicaciones que se realizan por partes sobre un mismo estudio, lo cual puede afectar la comunicación efectiva de los resultados de una investigación.
Las publicaciones fragmentadas, también llamadas “publicaciones por partes”, se caracterizan por dividir un trabajo de investigación original en varios artículos más pequeños para aumentar el número de publicaciones del autor. Según la American Psychological Association (2020/2021), este tipo de publicaciones “puede ser engañosa si varios reportes parecen representar instancias independientes de recolección o análisis de datos; esto puede dar lugar a la distorsión de la literatura científica, especialmente en revisiones o meta-análisis” (p. 19).
En algunas circunstancias se justifica el uso de publicaciones fragmentadas como, por ejemplo, en los proyectos multidisciplinarios, los estudios longitudinales o a gran escala, algunos casos especiales de investigaciones cualitativas y de métodos mixtos dependiendo de la complejidad en la recolección y análisis de datos, etc.
No deseo extenderme en más comentarios sobre las publicaciones fragmentadas, porque su relación con el tema del plagio no es muy estrecha, la intención es solo advertir que no se debe confundirse estas prácticas con las publicaciones duplicadas.
El plagio sobre obras no publicadas.
El plagio sobre obras no publicadas es una forma de apropiación indebida de las ideas, los datos, las expresiones o los resultados de un autor que no ha divulgado ni publicado su obra, y que por lo tanto no cuenta con el reconocimiento ni la protección legal que le corresponde.
Miranda Montecinos (2013), afirma que “no es necesario, para que se cometa plagio, que la obra plagiada esté publicada. El plagio puede recaer sobre obras publicadas o sobre obras inéditas. Comete plagio, por tanto, el alumno que copia y presenta como propio, por ejemplo, un apunte de clase confeccionado por un profesor para que circule entre sus alumnos” (p. 715).
Los profesores y los investigadores también tienen un papel que desempeñar en la prevención del plagio sobre obras no publicadas. Los profesores y los investigadores deben enseñar a los estudiantes sobre el plagio y sus consecuencias.
Herramientas y recursos para evitar el plagio
Existen varias herramientas y recursos online que facilitan la tarea de detectar la ocurrencia de plagios en textos. Muchas de estas herramientas permiten el uso gratuito de sus funcionalidades, aunque es importante resaltar que los accesos gratuitos tienen restricciones en su uso, lo cual puede limitar significativamente el alcance de sus resultados.
Estas herramientas ofrecen una buena alternativa para la detección de malas prácticas en la investigación, como es el caso del plagio y autoplagio, haciendo la salvedad que los resultados son mucho mejores, con mayor exactitud y profundidad cuando se trata de planes pagados. Algunos de estos recursos son los siguientes:
- Turnitin
- Viper
- Plag
- Plagium
- CopyScape
- Plag Scan
- Plagiarism Checker
- Docode
- Dupli Checker
- Unicheck
- Plagiarisma
- Antiplagiarist
- Copyleaks
Sobre el uso de las herramientas para detectar plagio con acceso gratuito, Pezut et al (2020) hacen una investigación para analizar varios programas antiplagio. Al respecto, señalan que cuando se usan “las versiones gratuitas de Plagiarisma, Grammarly y Plagiarism Detector no fue posible la detección de plagio para la mayoría de las cuestiones propuestas, incluso aquellas que presentaban características típicas de plagio y que habían sido apuntadas como plagiadas por otros softwares” (p. 15).
Los resultados de esa investigación reflejan múltiples debilidades que poseen un número importante de herramientas antiplagio. Una de las limitaciones de uso gratuito, que se debe mencionar es que estos softwares tienen dificultades para analizar publicaciones con limitación de acceso, siendo poco eficientes para obtener resultados confiables sobre la veracidad de textos autorales, así como otras circunstancias que afectan la confiabilidad de estos recursos tecnológicos.
Consideraciones finales
El plagio y el autoplagio son conductas inapropiadas en el campo académico y la investigación, que pueden tener graves consecuencias para los investigadores.
Estas prácticas representan una clara violación de los principios éticos que sustentan la investigación académica y científica. Fernández (2017), comenta que “todo plagio incluye dos aspectos que han de tenerse presentes: por una parte, entraña una sustracción de ideas y trabajo ajenos; por otra, […] se trata de una actividad en la que no existe proceso inte-lectual y creativo” (p. 387).
Desde este punto de vista, las malas prácticas en la investigación obstaculizan la creación de contenidos originales, lo cual afecta significativamente la consolidación y evolución del conocimiento.
Hernández Islas (2016) señala que “este tipo especial de robo adquiere primordial importancia cuando se evidencia en los productos de la investigación científica, dadas las implicaciones que tiene para el avance de la ciencia en todos los campos del saber” (p. 121).
A esto hay que agregar que en muchas ocasiones se percibe una especie de complicidad del plagio en las conductas reprobables relacionadas con el arbitraje de publicaciones o de proyectos de investigación, ya que no se desprenden consecuencias contundentes y ejemplificadoras que sirvan de sanciones efectivas para evitar este daño a la ciencia y a la integridad académica.
Esta complicidad merma significativamente la calidad de los resultados en la investigación; pues, una acción de vigilancia tan sencilla, pero con una alta importancia, como es la correcta referenciación, es un tema descuidado actualmente en las aulas de clase. En este sentido, Rosales (2021), advierte que “la calidad de la producción científica en la educación universitaria depende en gran parte de que la información sea referenciada, para evitar el plagio y así contribuir con el respeto a los derechos de autor y generar producción científica de excelencia” (p. 3).
A esta problemática se le suma la gran facilidad para tener acceso digital a un banco de datos, acompañada de una débil formación ética en el cumplimiento de los valores y reglas de la investigación, pues, se usa la internet como una fuente inagotable para extraer y apropiarse de información ajena con fines particulares que deshonran el espíritu y misión de la academia. A esto se refiere Gómez-Espinosa et al (2022), cuando señalan:
Desde esta perspectiva, cabe pensar que cuanto mayor sea la influencia del contexto digital so¬bre las actitudes y comportamientos de los estu¬diantes en la actividad educativa universitaria, más urgente resulta que tratemos de comprender este contexto para poder establecer medidas en¬caminadas a mejorar la calidad de los procesos de aprendizaje desde un enfoque de integridad y ho¬nestidad académica (p. 46).
En este orden de ideas, Gómez-Espinosa et al (2022), exponen que “el plagio académico parece ser un problema cada vez más visible en el nuevo entorno digital de la enseñanza universitaria, observándose cambios importantes y continuos en el modo de proceder y valorar estas actitudes de aprendizaje” (p. 48).
Pero, las conductas del plagio y autoplagio no solo pueden quedarse en análisis ético, ya que sus consecuencias trascienden la esfera de la moralidad, para adentrarse en un escenario más complejo y desafiante, donde deben existir instrumentos legales que aborden estas malas prácticas.
Un cuerpo normativo eficiente juega un papel fundamental en la promoción de la integridad, la calidad y la confianza en la educación y la investigación. Ayudan a proteger los derechos de los creadores, fomentan la innovación y la creatividad, y establecen pautas claras que benefician a la comunidad académica.
Fernández (2017) indica que “a menudo se ve en la represión del plagio una cuestión exclusivamente ética y se insta a que las instituciones científicas elaboren códigos deontológicos que eviten tan vergonzosas conductas. Sin embargo, el problema es mucho más pro¬fundo, porque en realidad constituye una conducta manifiestamente ilegal” (p. 397).
La Universidad Nacional Autónoma de México (2018), al referirse al plagio, ya sea como un acto deliberado o involuntario, nos advierte que esta es “una acción fraudulenta que atenta contra el autor intelectual de una obra determinada y contra la institución o empresa dueña de la propiedad intelectual correspondiente, a quienes se les niega el derecho patrimonial y/o moral adquirido” (p. 3).
En todo caso, como lo menciona Soto (2012), “además del descrédito social, el plagio implica consecuencias jurídicas importantes en vías administrativa, civil, penal, laboral o universitaria, según la legislación de cada Estado” (p. 23).
Por consiguiente, la figura del plagio adquiere una gran importancia en el mundo académico, por las implicaciones que esta conlleva al apropiarse del esfuerzo de otras personas, cuyas obras son el resultado de años de investigaciones con alta inversión de tiempo y recursos. Así lo refiere Fernández (2017) cuando nos dice:
El plagiario no sólo se apropia de un bien del que no es titular (en este caso una idea), sino que su actuación entraña también una clara suplantación del inves¬tigador que originalmente ha producido esa idea. Hace suyo todo el proceso cien¬tífico, el método de trabajo, la consulta de fuentes y bibliografía… en definitiva, todo el iter intelectual que ha dado lugar al producto final. Plagiar es, en defini¬tiva, apropiarse no sólo del resultado de la investigación, que es lo que protege la propiedad intelectual, sino del proceso investigador mismo (p. 393).
En consecuencia, es sumamente importante que los profesores inculquen en los estudiantes desde muy temprana edad la importancia de la honestidad en las investigaciones, para que cultiven la conciencia, el apego y respeto a la ciencia, así como fomentar la integridad en la investigación y en la academia, ya que la investigación desde este enfoque educativo es un acto comprometido con la ética.
Solo siguiendo estas pautas se puede garantizar que los investigadores, académicos y estudiantes sigan estándares éticos y mantengan altos niveles de honestidad intelectual. Así lo señala Rosales (2021) al afirmar que “la ética hace parte de las actividades de los educadores, exige que la investigación se realice con base en el cumplimiento de principios éticos, que aseguren el cumplimiento el avance del conocimiento, la comprensión y mejora de la condición humana y el progreso de la sociedad (p. 4).
Conclusiones y recomendaciones
El plagio y el autoplagio son dos formas de mala conducta científica. El plagio consiste en apropiarse indebidamente de la obra de otro autor sin otorgar el debido reconocimiento. El autoplagio consiste en reproducir total o parcialmente el contenido de un artículo científico por su mismo autor, pero sin hacer la debida referenciación, haciéndolo pasar como un contenido original.
Estas pueden tener graves implicaciones para los estudiantes e investigadores que decidan actuar a espaldas de los valores y reglas inherentes a la investigación. Algunas de sus consecuencias son:
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Pérdida de credibilidad y reputación de los autores, que pueden ser acusados de plagio, fraude o mala conducta académica.
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Desperdicio de recursos editoriales, que podrían destinarse a publicar otros trabajos originales y de calidad.
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Distorsión de la evidencia científica, al inflar artificialmente el número de publicaciones sobre un tema o al sesgar los resultados de las revisiones sistemáticas o los metaanálisis.
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Confusión de los lectores, que pueden encontrar información contradictoria, repetitiva o irrelevante sobre un tema de investigación.
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Vulneración de los derechos morales y patrimoniales de los autores originales, que pueden ver afectada su autoría, su integridad, su divulgación y la explotación de su obra.
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Atentado contra el interés público, al fomentar la falta de credibilidad en las instituciones y en los profesionales.
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Pérdida de confianza en la comunidad científica y en la evolución del conocimiento.
Es importante que se adopten estrategias para ejecutar investigaciones cuyos resultados sean originales y confiables para la comunidad científica. Para ello, se recomienda:
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Siempre que utilices información de otra fuente, debes citarla adecuadamente. Esto ayudará a evitar el plagio y a dar crédito a los autores.
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Evita el plagio inconsciente. Por esta razón, lee atentamente el trabajo de otros y evita copiar sus ideas o palabras sin citarlas adecuadamente. Pon en práctica las técnicas de citación y atribución de autoría a las fuentes utilizadas en la investigación.
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Utiliza herramientas y recursos disponibles para detectar plagio en tu trabajo.
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Si estás trabajando en un nuevo proyecto evita las publicaciones duplicadas. No utilices el trabajo que ya has realizado para otros proyectos sin la debida referenciación.
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Cita adecuadamente el trabajo propio para evitar el autoplagio. Si utilizas tu propio trabajo en un nuevo proyecto, debes citarlo adecuadamente.
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Sé honesto con tu trabajo. No intentes hacer pasar el trabajo ajeno como trabajo propio.
Para concluir, Izquierdo et al (2021), haciendo referencia al trabajo de Jones et al. (2006), proponen una serie de acciones que pueden ser de fácil implementación desde el aula:
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Acciones curriculares para establecer políticas de integridad académica durante la orientación inicial del curso, con el propósito de que los estudiantes conozcan y comprendan los principios, las normas y las consecuencias de esta práctica;
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Acciones pedagógicas para incluir actividades de enseñanza-aprendizaje sobre el concepto de plagio y sus implicaciones éticas, así como del aprendizaje de estilos y herramientas para citar y referenciar; y
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Acciones preventivas orientadas a la consolidación de una infraestructura informática para la detección del plagio y la generación de normativas para su sanción.
Referencias
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Ayala, K. (2023, 8 de noviembre). Concytec: más de 30 investigadores usaron artículos ‘truchos’. La República. Disponible aquí.
Codina, L., y Cortiñas, S. (2022). ¿Autoplagio o texto reciclado? Algunas implicaciones inesperadas de la digitalización de la ciencia. Anuario ThinkEPI, 16. Disponible aquí
Coronel, Y. (2023, 8 de noviembre). Este es el docente de 32 años que paga por autoría en investigaciones: hoy tiene 73 publicaciones. La República. Disponible aquí
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Gómez-Espinosa, M., San Emeterio, M. y Navaridas-Nalda, F. (2022). Percepciones sobre el plagio académico en un contexto de enseñanza digital universitaria. Bordón. Revista de Pedagogía. Sociedad Española de Pedagogía. 74(1). 45-62.\nDisponible aquí
Hernández Islas, M. (2016). El plagio académico en la investigación científica. Consideraciones desde la óptica del investigador de alto nivel. Perfiles Educativos. Universidad Nacional Autónoma de México. XXXVIII(153). 120-135. Disponible aquí
Izquierdo, E., Magaña, D. E. y Quijano, R. A. (2021). Actitud estudiantil ante el plagio y la conciencia para evitarlo. Diálogos sobre educación. Temas actuales en investigación educativa. 23(12). 1-18. Disponible aquí
Luna Rodríguez, C. V., & Rojas Luján, V. W. (2023). La polémica figura del “autoplagio” ¿Sería pertinente regularla legislativamente en el Perú?. Derecho & Sociedad, (59), 1-19. Disponible aquí
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Miranda Montecinos, A. (2013). Plagio y ética de la investigación científica. Revista Chilena de Derecho. 40(2). 711 – 726. Disponible aquí
\nPezut, J., Diniz, S., Pereira, R., Gonçalves, I., Costa, N. y Dias, M. (2020). El uso de softwares para identificar plagio en textos académicos y educacionales. Educação e Pesquisa. São Paulo. v.46. 1-22. Disponible aquí
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